Valientes

domingo, 11 de enero de 2009

Imágenes transpuestas

Odio las fotografías por que desafían el tiempo,
te dejan al ridículo y la vejez es más pesada;
todas las fotos se tornan blancas y negras,
se transforman en pasado;
pero es como mirarse el alma ante una lámpara
y notarse joven,
aunque solo es un engaño,
un delirio de los solventes;
guardan nostalgias que nadie quiere recordar,
con sus colores y luces
como si la vida tuviera colores,
son sólo sensaciones,
pulsos de luz que laten en la vida;
se quedan ahí, fijadas a la materia,
atestiguando la mediocridad del cuerpo;
le temo es verdad,
al menos así le decimos a lo que sentimos, verdad;
es un miedo que se erige desde su fénix,
transponiéndose, continuo;
me observa desde la infancia.
Es ese niño que sólo tenia el sueño de ser niño, nada más.
Y ahora esta foto en la que está cautivo,
mirando no se qué, quizás así mismo.

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