Valientes

jueves, 11 de diciembre de 2008

Mirando para otro lado

Todos los frutos de la noche paren monstruos.
Cada uno con su sombra esclava
con sus vicios en la boca.
Se levantan de todos lados, del asfalto, de los miedos, de los insultos.
Se meten en las casa y roban como si fueran inocentes
Chocan autos en las rutas, en los sentimientos, en las calles.
Nunca duermen
porque nacieron de la noche somnolienta.
Se te ríen como si te miraras al espejo, son alter egos de todo lo malo.
La justicia no los está viendo y el karma no les devuelve nada.
Caen cuando su oscuridad los desborda
agujeros negros como alamas
los devoran yu caen como bolsas.
Son sus propios jueces
y su justicia nos condena.
Nos reprimen, nos quitan albedrío
Piensan por nosotros para llegar primero.
Para administrar hasta el tiempo que nos queda
Son el lastre, son cadenas.
Parecen que nacieran de sí mismos
pero son la concecuencia y el desmedro.
No tienen reflejo
Están entre nosotros como nosotros.

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