No puedo evitar la sangre
ni el llanto que presiona la noche
Tampoco puedo eludir
el silencio que producen
los cuerpos dormido de la tierra agresiva
y como todos en el mundo se ahogan
con la saliva rancia del último bostezo en paz
Nadie podrá despertar otra vez
de tantos párpados cerrados
Blanca está la pupila de la paloma fuerte
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